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Cambia una vida, cambia el mundo...

Nuestra Historia

Cambia una vida, cambia el mundo...

Historia

¿Alguna vez has tenido que vivir momentos en los que sientes que te mueven el piso? Como si estuvieras parado sobre una alfombra y, de repente, ¿alguien tira de ella y caes?

La sorpresa hace que tu reacción sea retardada. Te quedas ahí un tiempo buscando una explicación lógica y convincente que te ayude a entender lo que acaba de ocurrir. 

He vivido algunos momentos así, pero hubo un diagnóstico que me sacudió tan fuerte como el más potente de los terremotos. 

A las 9:40 PM del lunes de 14 de octubre del 2005 nació mi hijo Schoan en la ciudad de Boston. 

Éramos una familia común. Lo esperábamos con ansias y estábamos llenos de sueños.  

Pero la alegría no tardó en marcharse y dejarle el espacio a la tristeza. 

Los múltiples estudios que le hicieron, determinaron que padecía de parálisis cerebral. 

Así se le mueve el piso a cualquiera, ¿cierto?

Fueron muchos meses de angustia, hasta que entendí que debía ser fuerte y educarme para poder ayudar a mi hijo. Asumir una actitud positiva y no de víctima. 

Además de la enfermedad, debía enfrentarme a la barrera del lenguaje. Todas las informaciones que conseguía estaban disponibles solo inglés, idioma que entendía, pero no dominaba. 

Fue un camino largo, difícil y, en ocasiones, desesperanzador. 

Pero, gracias a Dios, fuimos haciendo camino al andar. 

Cambia una vida, cambia el mundo...

Trece años después, y a raíz de todas las situaciones que vivimos en familia y las dificultades que atravesamos, mi esposo Yonatan y yo, creamos la Fundación Cambiando el mundo de personas con discapacidades. 

Era la manera de apoyar a las familias que estaban atravesando situaciones similares a la nuestra, que no contaban con recursos para sobrellevar la carga y que, además, no hablaban inglés. 

De algo difícil, surgió una oportunidad maravillosa de acompañar a otros y evitar que estén desinformados por no contar con datos necesarios y en español. 

A través de la fundación y los programas que desarrollamos, hemos acompañado cientos de familias en el proceso de vivir, aceptar y amar a su hijo con discapacidad. 

Schoan nos ha enseñado a vivir un día a la vez y a superar nuestros propios límites. Hemos aprendido a no rendirnos y enfrentar con valentía cada reto. Él es un milagro, pues cuando los médicos dijeron no, Dios dijo sí. 

En la actualidad, él es un hermoso joven que llena de amor y alegría nuestra familia. Con él hemos aprendido a amar y a apreciar lo esencial, que va más allá de lo que ven nuestros ojos.

Hoy sabemos que el amor que cambia al mundo, es uno que valora, acompaña, educa, sostiene y abraza. Y lo hace respetando las diferencias y abriendo espacios de participación en los que cada uno, sin importar la discapacidad, muestre su individualidad sin temor al rechazo, la burla o el estigma. 

Eso es lo que hacemos y enseñamos. 

Tú puedes ser alguien que cambie el mundo.